La leyenda cuenta que al principio de los tiempos el rey Candameña, antiguo señor de la Alta Sierra Tarahumara, amaba tanto a su bella hija que cuando la hermosa Basaseachi llegó a la edad de casarse los pretendientes de la princesa fueron sometidos a crueles pruebas con el fin de ganar la mano de su hija.

De todas ellas, la última prueba fue mortal para todos los contendientes y la princesa desesperada por su suerte se lanzó de la montaña más alta para encontrar en la muerte una razón para vivir. La magia del brujo del pueblo y la pureza del corazón de Basaseachi hicieron que durante su caída ella se transformara en un gran fluir de lágrimas: así se creó la Cascada permanente más alta de México: 246 metros de caída de agua en busca del amor.

Asómbrate con la transmutación acuífera de la princesa Basaseachi, uno de nuestros destinos en el viaje a Barrancas del Cobre.